La resina de silicona tiene una excelente resistencia al calor debido a su fuerte energía de unión de los enlaces de siloxano (Si-O-Si) y su alta temperatura de descomposición térmica, y a menudo se usa en diversos recubrimientos resistentes al calor. Esta resina se mantiene estable a altas temperaturas de 250°C, y debido a su excelente resistencia a la intemperie y al agua, también tiene buena resistencia al deterioro en exteriores y tiene una alta afinidad con pigmentos inorgánicos.

Las cacerolas de aluminio se utilizan mucho por su ligereza y bajo coste, pero tienen poca resistencia al calor. Para mejorar su rendimiento, la superficie interior suele estar recubierta con politetrafluoroetileno (teflón) y la superficie exterior con resina de poliéster de silicona. De esta forma, las sartenes de aluminio pueden soportar temperaturas de cocción de 250°C durante mucho tiempo e incluso 300°C durante poco tiempo.

La resina de poliéster modificada con silicona mejora significativamente la resistencia al calor en comparación con los recubrimientos poliméricos tradicionales. Durante el proceso de horneado, el recubrimiento se calienta continuamente entre 250 °C y 280 °C durante 10 a 15 minutos para completar la reacción de reticulación y formar una capa protectora fuerte.